Un tribunal de París ha condenado al expresidente francés Nicolas Sarkozy a cinco años de cárcel y a una inhabilitación de igual duración para ejercer cargos públicos. La sentencia se basa en un delito de asociación de malhechores por haber recibido fondos del régimen de Muamar Gadafi para su campaña presidencial de 2007. La presidenta del tribunal justificó la decisión en la «especial gravedad» de los hechos, destacando que en ese momento Sarkozy era ministro y, por tanto, responsable de garantizar el respeto a la Constitución.
A pesar de ser absuelto de otros tres delitos, la condena por asociación de malhechores asegura que el expresidente deberá ingresar en prisión, sin importar que presente un recurso. Las autoridades tienen un plazo de un mes para notificarle la fecha de su ingreso. Sarkozy ha calificado el fallo como una «gravedad extrema para el Estado de derecho» y para la confianza de los ciudadanos en la justicia, proclamando que, si bien dormirá en prisión, lo hará «con la cabeza alta».
El exmandatario se defendió señalando que fue condenado por «haber supuestamente dejado que dos colaboradores tuviesen la idea de financiar ilegalmente la campaña». Aseguró que quienes lo «odian» han buscado «humillarlo», pero que en realidad es «Francia la que está siendo humillada» con este proceso.
OTROS CONDENADOS
La condena de Sarkozy se enmarca en una investigación sobre un presunto acuerdo de 2005 para financiar su campaña con 50 millones de euros provenientes de Libia. La fiscalía había solicitado siete años de cárcel para el exjefe de Estado, a quien consideraban el cerebro de la trama.
En el mismo caso, otros exministros también han sido juzgados. Éric Woerth, extesorero de la campaña, fue absuelto. Sin embargo, Claude Guéant, exdirector de la campaña, fue condenado a seis años de prisión y a una multa de 250,000 euros por delitos como corrupción, falsificación y tráfico de influencias, aunque no cumplirá la pena en la cárcel por razones médicas. Por su parte, Brice Hortefeux recibió una condena de dos años de prisión y una multa de 50,000 euros por asociación de malhechores.
Esta no es la primera vez que la justicia condena a Sarkozy; sobre él ya pesaba una sentencia en firme por corrupción y tráfico de influencias, lo que lo obligaba a llevar una pulsera electrónica para evitar la cárcel. (NP-Gemini-La Tercera Europa Press)