El presidente venezolano, Nicolás Maduro, calificó esta semana la situación de su país como la “mayor amenaza del siglo” y advirtió que cualquier agresión directa por parte de Estados Unidos será respondida con una “lucha armada”, en medio de crecientes tensiones entre ambas naciones.
Durante una conferencia de prensa el lunes 1 de septiembre, Maduro acusó al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, de ser un “señor de la guerra” que busca un “cambio de régimen” en Venezuela a través de la amenaza militar. La escalada de tensión se ha expresado también con el despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe y el Pacífico y con el aumento de la recompensa a 50 millones de dólares para quien provea información para la captura de Maduro, señalado por Estados Unidos como líder del “Cartel de los Soles” y una “amenaza para la seguridad nacional” norteamericana.
En respuesta a las amenazas, Maduro anunció la movilización de 15.000 militares en la frontera con Colombia y la convocatoria de “millones de milicianos” para enfrentar lo que considera un peligroso hostigamiento estadounidense. Además, destacó que, aunque mantiene canales de comunicación abiertos con funcionarios del gobierno estadounidense, estos se encuentran “maltrechos”, y criticó al llamado “estado profundo” de EE.UU. por dificultar la paz.
Maduro expresó de forma directa a Donald Trump que, aunque él no tiene animadversión hacia el mandatario, debe cuidarse porque Rubio busca “mancharle las manos de sangre”. Reiteró que Venezuela se encuentra en “máxima preparación” frente a la presión militar externa y señaló que, en caso de agresión, declararía constitucionalmente una “República de armas” para defender la soberanía y el desarrollo del país.
El mandatario también advirtió que “amenazar a Venezuela es amenazar a todo el continente”, enfatizando que “te metes con uno, te metes con todos”. Desde 2019, Venezuela y Estados Unidos no mantienen relaciones diplomáticas formales, y el cuestionado proceso electoral de julio de 2024, en que Maduro resultó reelegido, ha sido rechazado por múltiples gobiernos internacionales por falta de transparencia y certificación de resultados. (NP-Perplexity-La Tercera-EFE)