El cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos entró este sábado en una fase crucial al expirar los fondos para el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), del que dependen 42 millones de ciudadanos para acceder a alimentos. Al mismo tiempo, se publicaron las nuevas primas para los programas sanitarios de Obamacare para 2026, que se incrementarán considerablemente debido al fin de los subsidios de la era pandémica.
El Programa SNAP, del que depende aproximadamente uno de cada ocho estadounidenses (principalmente niños, ancianos y personas con discapacidad), se encuentra sin fondos desde este sábado. Aunque dos jueces ordenaron al Gobierno de Donald Trump buscar una fórmula para financiar SNAP con fondos de emergencia, el Departamento de Agricultura se había negado inicialmente. La mayoría de los expertos prevé que, independientemente de la decisión final, habrá retrasos en la próxima entrega de cupones para alimentos, lo que hace crucial las medidas provisionales de las administraciones locales.
Simultáneamente, la agencia gestora de los seguros sanitarios federales para personas vulnerables publicó las nuevas tarifas de Obamacare. Diversos estudios apuntan a un incremento promedio de las primas de alrededor del 25% por parte de las aseguradoras para el próximo año. A este aumento se suma el cese de los subsidios aprobados en 2021 durante la pandemia.
Estas ayudas hacían que las pólizas fueran gratuitas para quienes vivían en situación de pobreza y subsidiaban parcialmente el costo para quienes ganaban menos de $65,000 al año. Expertos alertan que el fin de estos subsidios podría provocar que muchas familias no puedan costear el gasto y queden sin seguro, o que para quienes sí puedan, el costo anual de la póliza se duplique.
A la situación de las ayudas se añade una creciente preocupación por la continuidad del tráfico aéreo ante la escasez de controladores. Estos, junto a otros 730,000 empleados federales esenciales, siguen trabajando sin cobrar, algo que no sucederá hasta que se levante el cierre. Ayer, aeropuertos de Nueva York se vieron obligados a suspender aterrizajes y la mitad de los aeródromos con más tráfico del país reportaron escasez de personal, causando retrasos generalizados. En el cierre de 2018-2019, fueron precisamente las bajas de controladores las que forzaron un acuerdo legislativo.
El actual cierre Federal, que se encuentra en su trigésimo segundo día y podría convertirse en el más largo de la historia de EE.UU., se debe a la falta de acuerdo en el Senado. Los demócratas exigen que se prolonguen los subsidios de Obamacare a cambio de aprobar una partida presupuestaria provisional que levante el cierre, mientras que los republicanos insisten en reabrir primero la Administración y negociar las ayudas después. (NP-Gemini-EFE-Cooperativa)





