Millones de personas se manifestaron este sábado en ciudades de todo Estados Unidos, bajo el lema «No Kings» («No queremos reyes»), para protestar contra lo que perciben como un creciente autoritarismo del presidente Donald Trump. Los organizadores estimaron una asistencia cercana a los siete millones de personas en más de dos mil quinientas ciudades, buscando convertirla en la mayor movilización desde el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero.
La jornada de protesta, segunda edición de «No Kings», se desarrolló en un clima de alta tensión política, intensificada por la decisión de Trump de desplegar militares en ciudades gobernadas por demócratas bajo el argumento de combatir el crimen. Las concentraciones más emblemáticas tuvieron lugar en Times Square en Nueva York, el Capitolio en Washington y el centro de Chicago. También hubo muestras de solidaridad en ciudades europeas como Berlín, París y Roma.
Las reivindicaciones fueron variadas, incluyendo el rechazo a las redadas migratorias, los recortes en sanidad, la militarización de las ciudades y las modificaciones en los distritos electorales. La plataforma convocante, integrada por unas doscientas organizaciones, enfatizó el carácter pacífico de la movilización, la cual transcurrió sin incidentes violentos, a pesar de las advertencias de disturbios por parte de líderes republicanos.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, condenó la manifestación, calificándola como una muestra de «odio contra Estados Unidos» liderada por simpatizantes de Hamás y miembros de Antifa. El propio Trump, quien pasó la jornada en su mansión de Mar-a-Lago, no hizo comentarios públicos, aunque el día anterior había sugerido que los demócratas fomentaron la protesta al retrasar las negociaciones presupuestarias.
El nombre del movimiento «No Kings» alude a la percepción de que el presidente actúa como un monarca, recordatorio de que Estados Unidos fue fundado bajo el rechazo al poder absoluto. El mandatario, por su parte, negó comportarse como tal en una entrevista. Los demócratas acusan a Trump de poner en riesgo la libertad de expresión, citando un presunto intento de la Casa Blanca de cancelar el programa del comediante Jimmy Kimmel por sus críticas. (NP-Gemini-Bio Bio EFE)