Polonia y Dinamarca adoptaron medidas excepcionales en sus espacios aéreos este fin de semana, en medio de un nuevo repunte de la ofensiva rusa contra Ucrania que dejó al menos tres muertos en Kiev y varios heridos en Zaporiyia.
En Polonia, las Fuerzas Armadas confirmaron que durante varias horas se restringió el tráfico aéreo en áreas cercanas a Lublin y Rzeszów, tras detectar “actividades militares no planificadas relacionadas con la seguridad del Estado”. En ese contexto, aviones polacos y de países aliados comenzaron a operar en el espacio aéreo nacional, con el despliegue de cazas y sistemas antiaéreos en alerta máxima. El Ejército explicó que se trata de maniobras de carácter preventivo frente a la actividad de la aviación rusa de largo alcance.
En Dinamarca, el gobierno decidió prohibir el uso de drones civiles en todo el territorio desde el lunes 29 de septiembre hasta el viernes 3 de octubre. La medida coincide con la cumbre informal de líderes europeos en Copenhague, y responde a la detección de drones cerca de instalaciones militares. “No podemos aceptar que drones extranjeros creen incertidumbre y trastornos en la sociedad”, señaló el ministro de Transporte, Thomas Danielsen.
Las restricciones se producen tras una de las ofensivas más intensas de los últimos meses: según el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, Rusia lanzó más de 500 drones y 40 misiles en un ataque que se prolongó por más de 12 horas. Desde Moscú, el Ministerio de Defensa confirmó la ejecución de un “ataque masivo con armas de precisión de largo alcance” contra objetivos militares e infraestructura de aeródromos ucranianos, asegurando haber interceptado 41 drones lanzados por Kiev.
Las decisiones de Varsovia y Copenhague refuerzan la creciente tensión en el flanco oriental europeo, donde la guerra en Ucrania continúa desbordando efectos sobre la seguridad aérea y regional. (NP-GPT-La Tercera-Agencias)
