En un discurso cargado de críticas y autopromoción, el presidente estadounidense Donald Trump atacó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante la 80.ª Asamblea General en Nueva York. Tras lidiar con incidentes técnicos como una escalera mecánica averiada y un teleprompter defectuoso, Trump cuestionó la eficacia de la ONU en conflictos como los de Gaza y Ucrania, contrastando sus supuestos fracasos con sus propios logros.
Trump inició su intervención elogiando su gestión, afirmando que bajo su liderazgo Estados Unidos ha alcanzado una «era dorada» con una economía y fronteras más fuertes que nunca. Se jactó de haber «terminado siete guerras interminables» en pocos meses, una afirmación que ha generado escepticismo entre los analistas internacionales.
El presidente estadounidense arremetió directamente contra la ONU, asegurando que el organismo no hizo nada para ayudar a resolver estos conflictos. Con un tono mordaz, Trump ironizó sobre los incidentes técnicos que sufrió al llegar, declarando que lo único que había recibido de la ONU era una escalera y un teleprompter en mal estado. A pesar de sus críticas, afirmó que no le importaba ganar premios, como el Nobel de la Paz, ya que su verdadero premio era salvar vidas.
En política exterior, Trump criticó a los países europeos por comprar energía a Rusia mientras intentan sancionarla por la guerra en Ucrania. Además, reiteró su afirmación de que podría haber terminado el conflicto con Vladimir Putin en cuestión de días, lamentando que la guerra haya durado tanto. También advirtió a las naciones europeas sobre la «invasión» de inmigrantes ilegales, a quienes calificó de «inaceptables» y culpó a la «corrección política» por la falta de medidas para detenerlos. En este sentido, acusó a la ONU de «crear» el problema migratorio en lugar de detenerlo.
Respecto al conflicto en Gaza, el presidente estadounidense criticó a los países que reconocen un Estado palestino, argumentando que esto premiaría a Hamas por sus «horribles atrocidades». Exigió la liberación de los rehenes y se mostró inflexible en su postura. En su discurso, Trump también advirtió a los narcotraficantes, asegurando que su gobierno los «borrará de la existencia» si continúan traficando drogas hacia Estados Unidos.
El presidente no dejó fuera de sus ataques a la agenda climática, a la que calificó como «la mayor estafa jamás perpetrada contra el mundo». Aconsejó a las naciones que se «deshagan» de esta agenda verde si no quieren fracasar, y afirmó que todas las predicciones sobre el cambio climático han resultado ser falsas. Finalizó su intervención autoproclamándose como alguien que «siempre ha tenido la razón en todo» y promocionó gorras con ese lema.
Tras el discurso, Trump suavizó su tono en una reunión privada con el secretario general de la ONU, António Guterres, declarando que su país apoya al 100% a la organización y que cree en su potencial para lograr la paz. Además de sus críticas en la Asamblea General, Trump tenía previstas reuniones con varios líderes mundiales para abordar temas de gobernanza en Gaza y otras cuestiones internacionales. (NP-Gemini-La Tercera Agencias)