En un movimiento que refuerza su impronta en la capital de Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump anunció este jueves que el prestigioso Kennedy Center pasará a llamarse «Trump-Kennedy Center». La decisión, oficializada por la Casa Blanca, marca un hito al asociar el nombre de un presidente en ejercicio con uno de los recintos culturales más importantes del mundo.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó que la junta directiva de la institución —renovada en febrero con aliados del mandatario— votó por unanimidad a favor del cambio. Según la administración, la medida responde a la gestión de Trump durante el último año para «salvar el edificio» en términos financieros, de infraestructura y reputacionales.
«Se debe al increíble trabajo que el presidente Trump ha realizado para salvar el edificio, no solo en su reconstrucción, sino también en lo financiero», declaró Leavitt.
RESTRUCTURACIÓN CULTURAL Y POLÍTICA
El cambio de nombre es parte de una ofensiva más amplia contra organismos financiados con fondos federales que el mandatario califica como «woke». Desde su regreso al poder en enero, Trump ha implementado cambios profundos:
Depuración de la junta: Destituyó a los miembros de tendencia demócrata y al antiguo presidente del centro.
Intervención en la Casa Blanca: Demolió el Ala Este para construir un salón de baile.
Proyectos monumentales: Impulsa la creación de un arco triunfal en Washington, similar al de París.
ANTECEDENTES Y RELACIÓN CON LAS ARTES
Inaugurado en 1971 como homenaje al asesinado presidente John F. Kennedy, el centro alberga la ópera, el teatro y la orquesta sinfónica de la ciudad. Durante su primer mandato, Trump mantuvo una relación tensa con la institución, ausentándose de las galas anuales debido al rechazo de diversos artistas. Sin embargo, este año el mandatario presidió la entrega de premios a figuras como Sylvester Stallone, Gloria Gaynor y la banda KISS, marcando un giro en su participación cultural. (NP-Gemini-Emol-AFP)
