La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos emitió una advertencia a las líneas aéreas, instándolas a operar «con precaución» en el espacio aéreo de Venezuela debido al «empeoramiento de la situación de seguridad y al aumento de la actividad militar». Aunque el comunicado no precisó las amenazas específicas, indicó que estas «podrían suponer un riesgo potencial para aeronaves en todas las altitudes», incluso para las que permanezcan en tierra.
Esta alerta se enmarca en la creciente tensión regional, potenciada por la llamada operación Lanza del Sur anunciada por el Pentágono. Dicha operación implica un despliegue naval sin precedentes en aguas del Caribe, frente a las costas venezolanas, con el objetivo declarado de reducir las amenazas derivadas del narcotráfico.
El despliegue militar estadounidense incluye una gran acumulación de fuerzas, entre ellas el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, acompañado por varios destructores y buques de guerra. Estas naves y sus aviones de combate han participado en ataques directos contra embarcaciones que supuestamente trasladaban drogas, resultando en la muerte de más de 80 personas acusadas por Washington de ser «narcoterroristas».
Mary Schiavo, exinspectora del Departamento de Transporte de EE. UU., explicó que este tipo de notificaciones se emiten generalmente en escenarios de conflictos militares. Si bien la advertencia no prohíbe los vuelos sobre Venezuela, sí exige que las aerolíneas notifiquen a la FAA sus itinerarios con al menos 72 horas de anticipación. American Airlines y United Airlines ya confirmaron haber dejado de sobrevolar el espacio aéreo venezolano.
La advertencia de la FAA mencionó que Venezuela ha realizado múltiples ejercicios militares y la movilización masiva de miles de fuerzas, aunque aclaró que la fuerza aérea sudamericana no ha manifestado intenciones de atacar aeronaves civiles.
Las tensiones se han escalado a nivel retórico y militar. Recientemente, el Comando Sur de EE. UU. (AFSOUTH) informó oficialmente haber llevado a cabo una «demostración de ataque con bombardero» en apoyo a la operación Lanza del Sur, junto con ejercicios de aviones de combate F-35 y B-52 en Puerto Rico. La administración estadounidense ha endurecido su postura contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien acusa de detentar el cargo de forma ilegítima tras las elecciones de 2024.
A las acciones militares se suma la declaración del secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, quien indicó que la próxima designación del Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera a partir del 24 de noviembre, «trae un montón de nuevas opciones» a Estados Unidos. Washington ha alegado que Maduro comanda personalmente esta supuesta organización criminal de militares de alto rango vinculada al narcotráfico, acusaciones que el mandatario venezolano ha rechazado.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, condenó las maniobras militares conjuntas de Estados Unidos y Trinidad y Tobago, cuya costa se encuentra a solo 11 kilómetros de Venezuela. Padrino López calificó estos ejercicios como una «agresión» y una amenaza deliberada, asegurando que el gobierno de la nación insular está «degradando su territorio» al permitir que se posen allí «instrumentos para la muerte». Maduro, por su parte, acusa a las operaciones antidrogas en el Caribe de ser una excusa para ocultar el verdadero propósito de expulsarlo del poder. (NP-Gemini-Agencias)




