Ecuador celebrará este domingo un referendo vital para el presidente Daniel Noboa, un aliado cercano de Estados Unidos en su autodeclarada «guerra» contra el narcotráfico. Los casi 14 millones de ecuatorianos con voto obligatorio deben responder «Sí» o «No» a cuatro preguntas que buscan avalar la mano dura del mandatario y redefinir el marco legal y geopolítico del país.
La consulta se da en un contexto de violencia sin precedentes en Ecuador, que registra la tasa de homicidios más alta de Latinoamérica. Noboa, quien ha desplegado militares en calles y cárceles, y ha replicado el «modelo Bukele» de megacárceles, busca el respaldo popular luego de que la justicia frenara algunas de sus iniciativas por considerarlas contrarias a derechos fundamentales.
Entre las propuestas más sensibles está la de permitir el regreso de bases militares extranjeras, una medida prohibida desde la Constitución de 2008 promovida por el expresidente Rafael Correa. Expertos como Ximena Ron, del Observatorio de la Constitución, señalan que esta pregunta «geopolíticamente apunta a un acercamiento directo a Estados Unidos», cuya presencia militar en la región es creciente y ha generado tensiones con países como México y Colombia.
El presidente ha justificado la medida, señalando que «se necesita cooperación de otros países porque la criminalidad es transnacional», e incluso ha recorrido con la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kristi Noem, posibles sitios para reinstalar una base como la que operó en Manta entre 1999 y 2009.
Otra pregunta clave del referendo es si se convoca a una asamblea para redactar una nueva Constitución. Noboa argumenta que la Carta Magna vigente es demasiado «garantista para los criminales» y aspira a reemplazarla por una que «alimente el progreso y que fomente la justicia», además de darle más cabida al sector privado.
El mandatario busca reducir el número de artículos de la actual Constitución y modificar la «organización del Estado» y el modelo económico, aunque ha ofrecido pocos detalles sobre el texto final, que requeriría un nuevo referendo aprobatorio. Para opositores, como el docente universitario Jhonny Tamayo, esta iniciativa es una «excusa» que el gobierno utiliza para combatir la criminalidad.
Las otras preguntas buscan poner fin al financiamiento estatal de los partidos políticos y reducir el número de congresistas. Aunque Noboa cuenta con una aprobación del 56%, politólogos como Santiago Basabe advierten que la popularidad de las preguntas no necesariamente significa que sean lo más conveniente para el país. A pesar de los esfuerzos y la publicidad de Noboa en redes sociales, la violencia no ha cesado, dejando un saldo de 31 muertos en un penal a pocos días de la votación. (NP-Gemini-Emol AFP)




