El cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos, que ya se extiende por más de 37 días y se convierte en el más largo de la historia, ha comenzado a generar un impacto directo en el transporte aéreo. El país inició este viernes la cancelación parcial de vuelos en más de 40 aeropuertos como una medida para garantizar la seguridad de los pasajeros.
La Administración Federal de Aviación (FAA) implementó un calendario de reducciones que inicia con la reprogramación de aproximadamente el 4% de los vuelos. Sin embargo, esta cifra podría aumentar progresivamente: a un 6% el 11 de noviembre y hasta un 10% para el 14 de noviembre si persiste la falta de acuerdo entre Republicanos y Demócratas para la reapertura gubernamental.
La principal causa de estas restricciones es la crítica escasez de controladores aéreos, estimados en unos 2.000, quienes no han podido cobrar sus sueldos a causa del shutdown. El Departamento del Tesoro estima que, en total, unos 4.000 vuelos diarios podrían quedar en tierra si la situación se agrava.
Los aeropuertos más afectados por la medida se distribuyen en 25 estados. Según reportes iniciales, los terminales con mayor impacto son el JFK y LaGuardia en Nueva York, el LAX en Los Ángeles, y el aeropuerto O’Hare en Chicago. Otros aeropuertos afectados incluyen los de Dallas, Houston, Washington DC, Miami, Orlando, Boston y Newark.
La FAA informó que, si bien los pasajeros afectados por las cancelaciones tendrán derecho a reembolsos de sus billetes, no serán compensados por gastos adicionales, como hoteles, ya que la demora o cancelación no es considerada culpa de las aerolíneas. (NP-Gemini-Bio Bio-EFE)
