El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, sostuvieron este jueves un esperado encuentro en la ciudad surcoreana de Busan, marcando un nuevo intento por reencauzar las relaciones entre las dos mayores economías del mundo. Ambos mandatarios se dieron la mano al término de la cita, que Trump calificó como “increíble”.
El republicano anunció que reducirá en un 10% los aranceles impuestos a productos vinculados al fentanilo, en señal de cooperación, a cambio de que Beijing levante sus restricciones a la exportación de tierras raras y aumente sus compras de productos agrícolas estadounidenses. “Se van a adquirir grandes cantidades de soja y otros productos de forma inmediata”, afirmó el presidente.
El acuerdo podría afectar a países como Brasil y Argentina, que en los últimos años habían incrementado sus exportaciones agrícolas a China aprovechando la tensión comercial entre Washington y Beijing.
Trump y Xi también firmaron un convenio prorrogable por un año sobre el suministro de tierras raras, materiales esenciales para la industria tecnológica y de defensa. “Se ha resuelto todo lo relacionado con las tierras raras, y eso es para el mundo”, declaró Trump a bordo del Air Force One tras la reunión.
Beijing había anunciado a comienzos de octubre nuevas restricciones a la exportación de esos materiales estratégicos, un sector en el que mantiene un dominio global. Según el mandatario estadounidense, el pacto busca estabilizar los mercados y fortalecer las cadenas de suministro internacionales.
En materia de seguridad sanitaria y control de drogas, Trump aseguró que Xi “trabajará muy duro para detener el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos”. Recordó que impuso un arancel del 20% a China por ese motivo, pero adelantó su decisión de reducirlo a la mitad para impulsar la cooperación.
Por su parte, Xi Jinping destacó que las conversaciones permitieron alcanzar un “consenso” para resolver los conflictos comerciales pendientes. La prensa estatal china citó al líder señalando que se debe “finalizar el trabajo de seguimiento lo antes posible”.
El encuentro, que se extendió por una hora y 40 minutos, transcurrió con las delegaciones de alto nivel sentadas frente a frente. Entre los asistentes estuvieron el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, y el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi.
Al término de la reunión, Trump se dirigió directamente al Air Force One, donde saludó a la prensa levantando el puño, mientras Xi abordó su limusina. Antes del inicio de las conversaciones, el mandatario chino había subrayado que “ambas potencias deben ser socios y amigos”.
Trump elogió al presidente chino calificándolo como “un tremendo líder de un país muy poderoso” y anunció que planea visitar China en abril, en lo que sería un nuevo paso hacia la distensión entre ambos gobiernos. (NP-Perplexity-EFE-Emol)
