Catherine Connolly será la próxima presidenta de Irlanda, según el recuento oficial aún parcial de las elecciones del viernes, un resultado que confirma un batacazo para la coalición de centroderecha integrada por los partidos Fianna Fáil y Fine Gael. Connolly, que se presentó como independiente pero que representa a la izquierda irlandesa, se convertirá en la décima jefa de Estado del país.
Tras el escrutinio de cuatro de las 43 circunscripciones, Connolly lidera con un 60,7% de los votos, superando ampliamente a la candidata de la coalición gobernante, la exministra de Protección Social Heather Humphreys, que obtuvo un 30,9%. Humphreys ya reconoció su derrota y felicitó a su rival a través de la televisión pública RTE, deseándole lo «mejor de lo mejor» como presidenta.
La victoria de Connolly, de 68 años, estaba anticipada por encuestas previas, que apuntaban a un triunfo contundente frente a la candidata del establishment. El tercer puesto lo ocupa el conservador Jim Gavin, del Fianna Fáil, con un 8,4%, a pesar de haber retirado su candidatura a principios de octubre para apoyar a Humphreys.
La nueva presidenta electa llega al cargo con un perfil marcadamente polémico y de izquierda radical. Connolly ha sido una figura crítica de la política internacional, acusando a la OTAN de prácticas belicistas y comparando el gasto armamentístico de Alemania con el de la década de 1930. Además, ha votado en contra de tratados de la Unión Europea y ha defendido que Hamás es «parte del tejido social del pueblo palestino».
En el contexto internacional, Connolly ha denunciado sin paliativos un «genocidio» en Gaza a causa de los ataques de Israel y ha prometido que su primera acción en política exterior como presidenta será viajar a Palestina para declarar en persona su apoyo a la población. Connolly sucederá al poeta y exministro Michael D. Higgins, quien llegó al límite constitucional de dos mandatos. (NP-Gemini-Bio Bio-Europa Press)




