El Parlamento de Israel (Knéset) aprobó este miércoles en una lectura preliminar el proyecto de ley que busca la anexión de Cisjordania. La iniciativa avanzó por un margen ajustado, generando una alta tensión política y controversia, principalmente por el voto en contra del partido del primer ministro Benjamin Netanyahu, el Likud.
La aprobación, que se produjo mientras el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, visita Israel, podría generar fricciones con la Administración del presidente Donald Trump, que ha expresado su rechazo a una anexión y ha insistido en la consolidación de su plan de paz para Gaza.
La medida prosperó gracias a que Yuli Edelstein, diputado del Likud, rompió la disciplina de partido y votó a favor. Sin embargo, todos los demás diputados de la colectividad votaron en contra. Horas después de la votación, la dirección del Likud decidió retirar a Edelstein de las comisiones parlamentarias de Exteriores y Defensa, acusándolo de “boicotear” la votación.
Edelstein defendió su decisión, asegurando que su voto tenía la intención de “contribuir a la soberanía israelí en toda la patria”. Declaró sentirse orgulloso de haberse mantenido firme «en la defensa de la tierra de Israel y votar a favor de aplicar la soberanía sobre Cisjordania».
El ministro de Educación israelí, Yoav Kish, si bien se declaró «partidario de impulsar la soberanía», criticó que esta iniciativa no debe realizarse «mediante leyes presentadas por la oposición». Kish afirmó que el Gobierno está creando soberanía «día a día, no con palabras sino con hechos», y que liderarán este proceso junto a sus «socios estadounidenses».
El texto aprobado ahora será remitido a las comisiones parlamentarias de Exteriores y Defensa, y deberá superar otras tres lecturas antes de que pueda convertirse en ley.
HAMAS: «PROYECTO NULO, SIN VALOR E ILEGÍTIMO»
La organización islamista Hamás emitió un comunicado enérgico en el que considera «nulo, sin valor e ilegítimo» un proyecto de ley aprobado en primera lectura este miércoles por la Knéset (Parlamento israelí) que busca la anexión de Cisjordania.
Hamás afirmó que los intentos «frenéticos» de la ocupación por anexionar las tierras no cambiarán el hecho de que Cisjordania es «tierra palestina en virtud de la historia, el derecho internacional y la opinión consultiva emitida por la Corte Internacional de Justicia en 2024».
Los islamistas también hicieron referencia a otro proyecto de ley, aprobado en la misma instancia y promovido por el líder opositor Avigdor Lieberman, que propone específicamente la anexión del gran asentamiento israelí de Ma’ale Adumim en Cisjordania.
La votación en la Knéset, según Hamás, «refleja la cara negativa de la ocupación colonial», que insiste en continuar sus intentos de «legalizar» los asentamientos e imponer la «soberanía» sionista sobre los territorios palestinos ocupados.
Estos proyectos de ley se suman al «plan E» aprobado este verano por el Gobierno israelí, con el que se pretende construir miles de nuevas viviendas entre Jerusalén y Ma’ale Adumim. Este plan ha sido criticado porque su concreción aislaría a Jerusalén Este del resto de Cisjordania.
VANCE: «MANIOBRA ESTÚPIDA» DE ISRAEL
El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, criticó duramente hoy la propuesta de ley aprobada en votación preliminar por el Parlamento israelí, la Knéset, para anexionar el territorio palestino ocupado de Cisjordania, calificándola de «una maniobra política estúpida».
En declaraciones a la prensa antes de abordar su avión en el aeropuerto Ben Gurión, a las afueras de Tel Aviv, Vance fue enfático al declarar que «Cisjordania no va a ser anexionada por Israel». Subrayó que esta posición es la política oficial de la Administración Trump y que se mantendrá.
El vicepresidente, que llegó a Israel el martes para supervisar el plan de alto el fuego en Gaza, expresó que la decisión de la Knéset lo hace sentir «personalmente insultado» y ofendido. Si bien reconoció que el Parlamento israelí puede hacer «votos simbólicos», dejó claro que la Casa Blanca «definitivamente no está feliz con ello».
La propuesta legislativa, que fue aprobada el miércoles en una primera lectura preliminar con un ajustado margen de 25 votos a favor y 24 en contra, es apenas el primer paso de un proceso que requeriría otras tres votaciones en la Knéset para convertirse en ley.
La iniciativa establece que el Estado de Israel «aplicará sus leyes y soberanía a las zonas de asentamiento en Judea y Samaria», con el objetivo de definir a estas áreas como «parte inseparable» del territorio soberano israelí.
Esta propuesta ha generado un rechazo explícito de la comunidad internacional, con países como España, Catar y Turquía manifestándose en contra. Cabe destacar que la postura de Vance se alinea con declaraciones previas del presidente Trump, quien ha señalado: «No permitiré que Israel anexione Cisjordania, ya ha sido suficiente».
Cisjordania es un territorio palestino donde reside la Autoridad Nacional Palestina (ANP), liderada por Mahmud Abás, a diferencia de Gaza, que está bajo el control político de Hamás. El territorio palestino carece de continuidad geográfica.
Desde la firma de los Acuerdos de Oslo, Israel mantiene control tanto militar como civil sobre la mayor parte de esta área, específicamente la denominada Área C, que abarca cerca del 60% del territorio.
Además, la movilidad de los palestinos en Cisjordania se encuentra severamente restringida por un sistema de permisos y cientos de puestos de control militares israelíes, lo que impide, entre otras cosas, el libre tránsito entre ciudades y el acceso a urbes como Jerusalén.




