reflexiones sobre la ferocidad y la extinción de lo humano – Al servicio de la verdad
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reflexiones sobre la ferocidad y la extinción de lo humano – Al servicio de la verdad


 

reflexiones sobre la ferocidad y la extinción de lo humano – Al servicio de la verdad

El libro “Pensar después de Gaza: Ensayo sobre la ferocidad y la extinción de lo humano” de Franco “Bifo” Berardi es una reflexión radical y oscura sobre el conflicto en Gaza posterior al 7 de octubre de 2023, que el autor utiliza como un punto de inflexión para diagnosticar la crisis de la civilización y el proyecto humanista.

“Bifo” describe la situación en Gaza como “Auschwitz con cámaras” de televisión, un horror convertido en un espectáculo mediático. El ensayo no solo condena las acciones del régimen de Israel tras el 7 de octubre –calificándolas de máquina de exterminio impulsada por una mezcla de crueldad perversa, instinto de conservación y limpieza étnica colonial–, sino que va más allá para argumentar que este genocidio marca el fracaso total de los principios que se suponía gobernaban la sociedad contemporánea.

Franco “Bifo” Berardi es una figura central en la filosofía y en el activismo político radical y antagonista italiano. Su biografía está íntimamente ligada a la historia de los movimientos de izquierda europeos y a la crítica del capitalismo tardío y la tecnología avanzada.

EL CONTENIDO DE LA OBRA

La obra de “Bifo” es menos un análisis político coyuntural y más una profunda intervención filosófica que asume la masacre en Gaza como el síntoma más claro de una enfermedad civilizatoria terminal. Su argumento se articula alrededor de la tesis clave de la “extinción de lo humano” y el fracaso del proyecto humanista occidental.

En este sentido, el libro es un diagnóstico devastador de la condición humana y política contemporánea, ofreciendo una perspectiva de desesperación frente a la ferocidad de la violencia, la cual considera como el colapso de la razón.

El argumento central es la declaración del “fracaso del proyecto humanista”. Para “Bifo”, el humanismo, que prometía la emancipación a través de la razón y el progreso, en cambio ha terminado engendrando la más pura ferocidad.

Sostiene que Gaza demuestra que el principio rector de la vida social ya no es la ley o la razón, sino la violencia asesina. Esta no es una anomalía, sino el desenmascaramiento de la esencia estructural del sistema global.

Desglosa la ferocidad del régimen israelí como algo que trasciende una simple venganza, fusionándose con el “instinto animal de conservación” del poder y la “práctica colonial de limpieza étnica”. Al respecto, sugiere que el horror de Gaza es la culminación de 75 años de opresión.

Uno de los temas centrales del trabajo es el colapso de la razón y del lenguaje. El autor sostiene que, en la era del conflicto en Gaza, ni el lenguaje ni la razón son los que gobiernan, sino la violencia asesina como norma básica de lo humano. El lenguaje, según Bifo, miente y somete, y el pensamiento crítico solo puede constatar su propia impotencia.

Uno de los puntos más desoladores del trabajo es la crítica al lenguaje. En la era mediática (que ha llamado previamente “semiocapitalismo”) miente y somete. En este entorno, el pensamiento crítico solo es capaz de constatar el desastre sin poder revertirlo.

El ensayo postula que la civilización y la democracia se están extinguiendo, llevando a la desesperación a quienes conservan la ética y la empatía.

En el mismo tenor, “Bifo” interpreta el conflicto en Gaza como el primer acto de una guerra mundial desatada por ideas supremacistas en declive en contra de la humanidad entera. Eleva el conflicto a una escala global, viéndolo como el inicio de una confrontación mundial, pero no una guerra tradicional entre los Estados. Esta es una guerra, sostiene, que se libra tanto en el terreno físico y material de Gaza como en el plano de la sensibilidad y la ética global.

El título mismo de la obra conduce a una conclusión sombría: pensar después de Gaza es pensar sin futuro, sin humanidad. El autor llama a cartografiar el abismo mientras se cae en el mismo, en lugar de ignorarlo.

A diferencia de otros pensadores que buscan un camino de esperanza o restauración, “Bifo” ofrece una conclusión profundamente obscura, pero incluyendo una orientación final para la supervivencia ética.

Para “Bifo”, la desesperación es la única emoción lógica y ética que le queda a aquel que todavía conserva la empatía y la sensibilidad. Sostiene que intentar creer en la eficacia de la política tradicional o en la universalidad de la razón, es no haber entendido la magnitud del colapso civilizatorio.

Su propuesta no es la lucha política tradicional, sino de una forma de desertar de la historia presente para buscar “un resquicio de felicidad”. Pensar después de Gaza es, por lo tanto, una tarea que implica cartografiar el abismo. Es un llamado a comprender lo irreversible, para encontrar un camino fuera de las lógicas mortíferas que imperan.

La principal conclusión no es una esperanza optimista en el futuro, sino la necesidad de enfrentar la desesperación. Aunque el diagnóstico es sombrío, el camino no es la parálisis, sino una resistencia intelectual que implica una búsqueda de alternativas más allá de los marcos sociales colapsados. Pudiera aprehenderse como un llamado a un profundo cambio de conciencia y a una experimentación social y afectiva que se desvincule de la lógica de violencia y competencia que ha llevado al borde de la extinción.

TRAYECTORIA POLITICA E INTELECTUAL

“Biffo” nació en Bolonia, Italia, en 1949. Su vida es un cruce entre la academia, el periodismo radical y el activismo.

Se formó en estética en la Universidad de Bolonia y se convirtió en un activista prominente durante el movimiento estudiantil de 1968. Luego, fue una figura clave del movimiento de la Autonomia Operaia en la década de los 70 en Italia. Era un movimiento que rechazaba los partidos tradicionales y abogaba por formas de lucha obrera y social autónomas del Estado.

Fundó la Radio Alice en Bolonia, una de las primeras y más influyentes radios libres italianas. Esta emisora se convirtió en un medio experimental y una herramienta de comunicación fundamental para la Autonomia Operaia y la revuelta social de 1977, mostrando el potencial subversivo de los medios de comunicación y la tecnología.

Tras la represión del movimiento en Italia a fines de los 70, Berardi se exilió. Vivió en París, donde estableció contacto con el filósofo Félix Guattari, una relación que sería crucial para su desarrollo teórico, especialmente en el cruce de la tecnología, la esquizofrenia social y el deseo. También residió un tiempo en Nueva York.

Guattari fue transformado, por alguna ignota razón, en una especie de “bestia negra” por la extrema derecha chilena durante el estallido social.

La relación de Guattari y “Bifo” fue una asociación intelectual clave y un encuentro esencial que moldeó el pensamiento del italiano.

Bifo adoptó y desarrolló las ideas del esquizoanálisis, la corriente de pensamiento creada por Guattari junto con Gilles Deleuze, filosofo galo con el que desarrollaron una profusa obra común. Esta perspectiva ayudó a Berardi a vincular directamente la explotación económica con la patología psíquica y la represión del deseo. Para Bifo, la lucha de clases se convierte también en lucha por la autonomía del deseo frente al control capitalista.

Guattari y Bifo compartían un interés respecto de cómo las nuevas tecnologías y los medios de comunicación (como la experiencia de Bifo con la Radio Alice) no eran solo herramientas, sino que eran constitutivos de nuevas formas de subjetividad. Esto se refleja en la posterior crítica de Bifo al semiocapitalismo, donde la información y los signos (la “semiótica”) se convierten en principal fuente de alienación.

Ambos se movían en el cruce entre la teoría radical y la práctica activista. Guattari valoraba las formas de intervención directa y experimental, algo que Bifo encarnó en su activismo en la Autonomia Operaia.

Guattari fue la figura que ayudó a Bifo a trasladar su experiencia de activismo social a una crítica del capitalismo centrada en la psique y la comunicación, permitiéndole formular sus conceptos posteriores sobre la “fábrica de la infelicidad” y la pérdida de la “futurabilidad”.

Así, el trabajo de Bifo ha llegado a combinar la crítica cultural, la estética, la filosofía y el análisis del trabajo. Su enfoque teórico se centra en cómo el capitalismo ha colonizado la mente, el tiempo y la sensibilidad, dando lugar a la infelicidad generalizada.

El concepto de semiocapitalismo es quizás su concepto más famoso. Describe la fase actual del capitalismo donde la información, los signos, la comunicación y el lenguaje son los principales motores de valor y explotación, reemplazando la primacía de la producción. En el semiocapitalismo, el trabajo es cognitivo y la explotación se da en el terreno de la psique.

La “fábrica de la infelicidad” es una noción clave que diagnostica la alienación en la era de la información. Argumenta que la aceleración tecnológica y la sobrecarga de información generan pánico y depresión en la fuerza laboral, llevando a una patología social.

Asimismo, Berardi sostiene que la saturación de la información y la velocidad de los flujos financieros han destruido la capacidad de imaginar futuro. Por “futurabilidad” se refiere a la pérdida de la posibilidad de proyectar alternativas que no sean la mera reproducción del presente, que llama la era de la impotencia.

En definitiva, su obra representa el acto de atrevimiento de escribir desde el colapso.

Por Víctor Osorio. El autor es periodista.

Santiago, 17 de octubre de 2025.

Crónica Digital.

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