China: 11 miembros de Clan Ming condenados a muerte por «ciberesclavismo»
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China: 11 miembros de Clan Ming condenados a muerte por «ciberesclavismo»


Un tribunal chino dictó la pena de muerte para once integrantes de la familia Ming, además de imponer decenas de penas de prisión, en un juicio que expuso la magnitud de los llamados «campos de ciberesclavos» que operaban en la ciudad de Laukkai, en la frontera de Myanmar con China. La sentencia, emitida por el tribunal de Wenzhou, implica a un total de 39 miembros del clan por dirigir una de las organizaciones criminales más poderosas de la zona, que generó un imperio ilegal valorado en más de $1.400 millones de dólares.

El clan Ming, parte de cuatro poderosos grupos que controlaban el estado de Shan, utilizaba sus casinos ilegales, redes de prostitución y tráfico de drogas como fachada para un sofisticado sistema de explotación masiva que, según la ONU, ha creado una «pandemia de estafas». En estos «campos de ciberesclavos», más de 100.000 personas, muchos de ellos ciudadanos chinos, eran retenidas contra su voluntad y obligadas a ejecutar fraudes en línea dirigidos a víctimas en todo el mundo. Quienes no cumplían con las cuotas de estafa eran brutalmente golpeados, torturados o incluso asesinados en centros como el complejo Crouching Tiger Villa, que se estima albergó a unas 10.000 víctimas.

La drástica acción judicial representa un claro mensaje de Pekín para frenar las redes de fraude digital que han afectado directamente a sus ciudadanos. La caída del clan se produjo tras una ofensiva militar de grupos insurgentes en Myanmar que, según analistas, contó con el visto bueno de China. El patriarca del clan, Ming Xuechang, se suicidó, mientras que otros miembros fueron arrestados y entregados a las autoridades chinas, que posteriormente repatriaron a miles de trabajadores explotados.

Además de las once condenas a muerte directas, la sentencia incluyó cinco penas de muerte con suspensión de dos años, once cadenas perpetuas y el resto de las penas de prisión de entre cinco y 24 años. Aunque la presión china llevó a acciones similares en Tailandia, y los clanes en Laukkai se han debilitado, el fenómeno de la ciberesclavitud no ha desaparecido, con gran parte de las operaciones criminales trasladándose a Camboya. (NP-Gemini-La Tercera BBC-Agencias)



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