El Gran Duque Guillermo de Luxemburgo prestó juramento este viernes, asumiendo oficialmente el trono de esta pequeña monarquía europea inmediatamente después de la abdicación de su padre, Enrique. En una solemne ceremonia celebrada en la Cámara de Diputados de Luxemburgo y en presencia de parejas reales y líderes de instituciones europeas, Guillermo declaró: «Juro respetar la Constitución y las leyes».
Guillermo, de 43 años, sucede a su padre, Enrique, quien abdicó visiblemente emocionado a sus 70 años, tras un reinado de un cuarto de siglo. El nuevo Gran Duque y su esposa, Estefanía, se encontrarán posteriormente con la población en una plaza del barrio histórico de la capital del Gran Ducado, un Estado de poco más de 670.000 habitantes.
Las festividades por el «Trounwiessel» («Cambio en el trono» en luxemburgués) se extenderán hasta el domingo en todo el país. La jornada concluirá con una cena de gala que contará con la asistencia de importantes figuras internacionales, incluyendo al presidente francés, Emmanuel Macron, y a su homólogo alemán, Frank Walter Steinmeier.
ESTABILIDAD INSTITUCIONAL
Guillermo se convierte en el séptimo soberano de la dinastía Nassau Weilbourg, que ha reinado en Luxemburgo desde 1890. Aunque representa a una nueva generación, su ascenso no se espera que altere la práctica del poder, dado que Luxemburgo es una democracia parlamentaria estable.
En este sistema, el monarca asume principalmente funciones de representación además de promulgar las leyes. Según el primer ministro Luc Frieden, «el gran duque encarna la independencia y la estabilidad del Estado.» (NP-Gemini-Agencias-Emol)
