China anunció en la ONU su nuevo plan climático, el primero que incluye objetivos absolutos de reducción de gases de efecto invernadero. El compromiso establece recortar entre 7% y 10% las emisiones netas hacia 2035, con la promesa de “esforzarse por hacerlo mejor”. La medida es clave, ya que el país es responsable del 30% de las emisiones globales y su trayectoria será determinante para cumplir la meta internacional de limitar el calentamiento a 1,5 °C.
El anuncio llega en la antesala de la próxima cumbre del clima, que se desarrollará en Brasil en menos de dos meses, en el marco del Acuerdo de París que obliga a los países a presentar nuevas metas cada cinco años. Hasta ahora, China solo había prometido alcanzar su peak de emisiones antes de 2030 y la neutralidad de carbono en 2060, pero sin metas intermedias, lo que generaba críticas de la comunidad internacional.
El nuevo plan contempla que las emisiones ya habrían llegado a su punto máximo en 2025. Además, fija que los combustibles no fósiles deberán representar más de 30% del consumo energético, y que la capacidad solar y eólica se expanda hasta los 3.600 gigavatios, más de seis veces lo instalado en 2020. También prevé incrementar la masa forestal y convertir a los autos eléctricos en el principal segmento de ventas de vehículos nuevos.
Para dimensionar el desafío, analistas señalan que limitar el calentamiento a 1,5 ºC exigiría a Beijing recortar alrededor de 30% de sus emisiones en la próxima década respecto a 2023, una meta más ambiciosa que la actual. En comparación, Estados Unidos alcanzó su máximo de emisiones en 2007 y logró reducirlas un 14,7% en diez años.
Pese a que algunos expertos califican las metas de “modestas”, estiman que probablemente serán cumplidas o superadas gracias a la rápida expansión del sector de tecnologías limpias en China. La producción y exportación de paneles solares, baterías y autos eléctricos ya la posicionan como potencia global en energías renovables.
Organizaciones ambientales destacaron, además, la inclusión explícita de la frase “esforzarse por hacerlo mejor”, interpretada como una señal de apertura a revisar y fortalecer los compromisos a medida que avance la descarbonización. “Lo esperanzador es que la economía china se está moviendo más rápido en la práctica que lo que indican sus objetivos sobre el papel”, señaló Yao Zhe de Greenpeace East Asia.
En un escenario de alta tensión internacional, con Estados Unidos habiendo abandonado nuevamente el Acuerdo de París bajo el mandato de Donald Trump y la Unión Europea aún sin definir una nueva meta común, la posición de China adquiere un peso decisivo para las negociaciones globales. (NP-Perplexity-Emol-AFP)