Un nuevo informe de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, publicado hoy, concluye que el régimen de Kim Jong-un en Corea del Norte ha perpetrado crímenes contra la humanidad y ejerce un control estatal «sin parangón en el planeta». El estudio, que analiza la evolución del país en la última década, destaca un aumento de la represión y el aislamiento, lo que el alto comisionado Volker Türk ha calificado como una «década perdida».
El documento, elaborado con testimonios de más de 300 desertores, denuncia que la población norcoreana está sometida a un control total, con una vigilancia intensificada durante la pandemia de COVID-19. La libertad religiosa está reprimida, la discriminación se mantiene a través del sistema de castas «songbun», y la propaganda estatal es incesante. El informe también señala que el flujo de información y el número de personas que cruzan la frontera sin autorización han disminuido drásticamente.
REPRESIÓN Y ABUSOS SISTEMÁTICOS
El informe detalla un aumento en el uso de la pena de muerte por delitos como compartir noticias extranjeras y narcotráfico, con ejecuciones públicas en algunas ocasiones. Además, se ha incrementado el uso de trabajos forzados, particularmente a través de las «brigadas de choque» para proyectos peligrosos en los que las muertes son frecuentes. El estudio también documenta el uso de niños en estos trabajos.
Respecto al sistema judicial, la ONU informa que las condenas se basan en confesiones forzadas y que la tortura en los centros de detención es una práctica común. Tras examinar imágenes satelitales, la oficina de la ONU confirma la existencia de al menos cuatro campos de prisioneros políticos, donde se denuncian desapariciones forzadas, ejecuciones sumarias y hambrunas.
RECOMENDACIONES ONU Y CONTEXTO MILITAR
El informe exhorta al régimen norcoreano a implementar las recomendaciones no atendidas del informe de 2014, incluyendo la abolición de la pena de muerte, el fin de los campos de prisioneros políticos y la reanudación de los encuentros entre familias divididas. Además, pide a Pyongyang que permita la entrada al país de representantes de la ONU para monitorear la situación de los derechos humanos.
Finalmente, el documento resalta el aumento del gasto militar del país en la última década, con al menos tres pruebas nucleares y múltiples lanzamientos de misiles, lo que ha contribuido al deterioro de la seguridad regional. (NP-Gemini-Agencias-EmolI