Rusia lanzó este domingo la mayor ofensiva aérea contra Ucrania desde el inicio de la guerra, con un ataque masivo de drones y misiles que dejó al menos cinco muertos y provocó un incendio en la sede del gobierno en Kiev. La primera ministra ucraniana, Yulia Sviridenko, informó que el techo y los pisos superiores del edificio donde se reúne el consejo de ministros resultaron dañados y que los bomberos trabajan para extinguir el fuego.
Además, un ataque contra un edificio residencial de nueve pisos en el oeste de Kiev ocasionó al menos dos fallecidos, entre ellos un bebé, y 18 heridos. Otros bombardeos afectaron varias regiones del país, causando más muertes, como un hombre en Dnipropetrovsk, una mujer en Zaporiyia y un fallecido en Sumi, cerca de la frontera con Rusia.
Según la fuerza aérea ucraniana, Rusia lanzó más de 800 drones y misiles durante la noche, de los cuales 747 drones y cuatro misiles fueron derribados o neutralizados por las defensas aéreas. Este ataque se registró tras el compromiso de más de veinte países europeos, liderados por Francia y Reino Unido, de desplegar fuerzas en Ucrania para garantizar un posible acuerdo de paz, una medida rechazada por Moscú como “inaceptable” y que califica a los efectivos occidentales como objetivos legítimos.
El conflicto, que ya dura más de tres años y medio, ha provocado decenas de miles de muertes, el desplazamiento de millones de ucranianos y ha destruido grandes áreas del este y sur del país, convirtiéndose en la guerra más sangrienta en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Los esfuerzos internacionales, incluidos los de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, para poner fin a la guerra no han logrado resultados, mientras Rusia mantiene ocupando alrededor del 20% del territorio ucraniano. (NP-Perplexity-Emol-AFP)
